sábado

EL AMOR DULCE QUE NUNCA SE FUE



Para un gran amor inútil que hizo de mi vida un contenedor de basura...
Para ella: GABY

El cielo parecía derrumbarse de súbito y sus nubes oscurecidas batallaban con el sol, mientras esta situación de la natura ocurría, yo miraba por la hendija de aquella extraña fortaleza.

Sucumbí derrotado, enterrado en mis presagios y una extraña sensación, sentí fluir entre mis venas.

Un manto de neblina cubrió con sus brazos mi temor y al final de aquella oscuridad tórrida, pude ver que una sombra se acercaba y entonces comenzó a llover torrencialmente.

Gruesas gotas de agua helada cubrieron mi pena
y mojaron mi viejo llanto,
de súbito,
algo trono en la inmensidad 
y su lejanía
se esparramo como un centenario sollozo,
se abrió como una vagina ardiente,
se desgarro como un libro en mitad del cielo tenebroso
y se desbocó su frenética llegada
y sus páginas volaron con su canto de agonía
al otro lado oscuro de la vida
y al esparramarse como un abanico roto
traían a mis ojos enrojecidos
sus besos,

Traía
sus abrazos,

Traía
su risa,

Traía
sus jugarretas bélicas en el lecho,

Traía
la fragancia que adornaba
la danza frenética de su silueta enloquecida
de ninfa envenenada por luceros incendiados,

traía
su lengua buscando tejerse con la mía,

Traía
sus ojos cerrados apasionadamente,

Traía
sus brinquitos sobre mi pecho
humectado con sus ansias,

Traía
su cabellera de loba negra
cubriéndome como una mordaza
mi boca ahogada con su delirio desenfrenado,

Traía
sus glúteos redondos
atrapados por mis manos insaciables,

Traía
sus senos libres
chocando con mis anhelos salvajes
y más que todo
sus palabras al decirme una y otra vez

¡Te quiero!

Después de aquella tormenta
ese amor dulce que se marcho un día
marchito por las quimeras de sus pasos rotos
Siempre está aquí
Continúa sin despegarse de la hendija
Por donde siempre veo su llegada…

Autor de imagen y verso: Eliad Jhosué Villarroel

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