CUANDO EL MUNDO SE VENGA ABAJO VIVIREMOS EN UNA MATA DE MANGO
Eliad Jhosué
Cuando el mundo se venga abajo, yo me treparé y viviré con mi novia en una
mata de mango, mientras contamos las estrellas durante las noches de luna,
charlaremos solamente sobre los dos, dejaremos atrás los malos tiempos y nos
olvidaremos de los inútiles.
Cada día haremos nuestro pequeño refugio en el árbol de mango,
comeremos de sus frutos, y cuando no se precipite alguna lluvia pasajera, tomaremos del agua de rocío que se asienta en sus hojas y calmaremos nuestra sed. De tarde
en tarde haremos de las sombra de sus hojas nuestras delicia diaria, así
evitaremos que el sol nos queme con su abrasivo calor.
Cuando se acabe la cosecha de mango nos alimentaremos de sus hojas
cuyas serán una ensalada deliciosa a nuestro paladar. En la rama más alta
haremos nuestro nido y nuestra casa, en ese espacio discreto y solitario
viviremos una y mil noches de amor y ternura infinita, no tendremos temor que
persona alguna intente hacernos daños, ella y yo, yo y ella nada más solitos en
un mundo de paz y silencio exquisito, sin oír lamentos sangrientos, guerras
aterradoras, noticias crueles, envidias, mal de amores, violencias domésticas,
violaciones, corrupciones, huelgas, lamento de cárceles y más que todo el
llanto de niños desamparados y golpeados; seremos ella, yo, la mata de mango y
los pájaros.
Sé que vendrán algún día los pájaros
de algún lugar desconocido y harán sus nidos en nuestro árbol de mango,
disfrutaremos de sus trinos y nos alimentaremos de algunos de sus huevos. Cuando
tengan polluelos podremos disfrutar de un asado de palomino o de azulejo con
salsa de mango dulce. Al paso del
tiempo, Intentaremos que nuestra pequeña ecología se mantenga en un equilibrio contante,
cuyo mantenga nuestro amor en manera permanente.
Cuando se venga la mata de mango abajo, nos vendremos nosotros también
abajo y la esperanza del amor en la tierra se perderá para siempre…
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